Mi “condición”…


Varias semanas después de mi segunda cirugía comencé a experimentar un poco de presión en el pecho y falta de aliento sin realizar alguna actividad física extenuante. Los síntomas se fueron agudizando y una mañana llamé a mi médico primario para que me diera cita para ese mismo día. Me dijo que debido a mi “condición”…paciente de cáncer, con una cirugía reciente, con un “port”, etc., etc., etc., lo más prudente era que fuera a sala de emergencias. 

Cuando llego a sala de emergencias y estoy en el “triage” con la enfermera contestando todas las preguntas de rigor y resumiendo mi “interesante” historial médico desde febrero 2015 (porque antes de eso era perfectamente aburrido), ella me miró con algo de asombro y pena a causa de mi “condición”. Llega un doctor muy amable y se sienta a mi lado y me hace otra vez las mismas preguntas. Luego de contestarlas y saciar su curiosidad de detalles adicionales (no…no tengo historial familiar, sí…salí negativo en la prueba genética de cáncer, no…no mamografía hasta ese momento porque era menor de 40 años, sí…”Stage IV” desde diagnóstico inicial) me explicó que tenían que hacerme una batería de pruebas para descartar un coágulo o embolia, etc….a causa de mi “condición”. Gracias a Dios…y luego de un par de “ECG”, pruebas de sangre, un CT con contraste, etc. me dieron de alta con varios referidos de seguimiento …y los síntomas desaparecieron en un par de días.

El punto es que siempre se me hace difícil reconciliar “mi condición” según el historial médico con lo que yo veo y siento de mí misma. Esa mañana cuando llamé al doctor no pensé que necesitaría semejante intervención. Muchas veces así pasa en el plano espiritual. Somos propensos a determinar la condición de nuestro corazón por lo que percibimos de nosotros mismos. Nos resistimos al escrutinio divino porque no estamos conscientes de nuestra condición. Nos negamos al tratamiento del Espíritu de Dios porque no nos creemos tan necesitados de su intervención.

Por eso me gusta la sinceridad del salmista: “Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis inquietudes. Y ve si hay en mí camino malo, y guíame en el camino eterno.” (‭‭Salmos‬ ‭139:23-24‬ ‭LBLA‬‬). Él no se veía a si mismo exento de la maldad. También me gusta la versión en inglés que dice: “And see if there be any grievous way in me.…”. Y es que “grievous” se refiere a algo muy serio, severo, terrible o calamitoso. La palabra que se usa en el original hebreo para “malo” (otseb) se traduce en otras ocasiones como pena, dolor o ídolo. “Oh Señor, ve si hay en mi camino otro dios, algo que me impida adorarte sólo a ti. Ve si he convertido la pena en un dios, el problema en un dios, la enfermedad en un dios, la prueba en un dios, mis recursos en un dios, mis proyectos en un dios, mis bendiciones en un dios”. 

Pero igualmente, me anima la confianza del salmista al exclamar “y guíame en el camino eterno”.  Qué confianza eterna, qué seguridad. “Oh Dios, no importando mi “condición”, no importando lo que encuentres en mi corazón…sé que puedes guiarme, sé que puedes sanarme, sé que puedes limpiarme, sé que puedes perfeccionar la buena obra que has comenzado en mí, sé que puedes santificarme, sé que puedes cubrirme con tu justicia, sé que puedes guardarme seguro en ti hasta el fin”.

Becky Parrilla
All rights reserved. Rebecca Parrilla, January/2017.

7 thoughts on “Mi “condición”…

  1. Maria Real says:

    Tremendo testiminio, cuando paso por alguna condición de enfermedad, pienso en ti Becky, eres un gran ejemplo para mi, y tu fortaleza espiritual es única, se que es Dios, y eso me da fuerzas a mi para seguir adelante en este caminar con Cristo, seguimos orando y Dios te siga usando y bendiciendo por siempre.

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  2. Julie says:

    Saludos. Le escribe otra mujer, que al igual que usted, no tenía historial de cáncer del seno en su familia, era muy joven para hacerse una mamografía de rutina y genéricamente no tiene la predisposición.
    Hay una dura realidad: las mujeres jóvenes diagnosticadas con cáncer seno tienden a ser diagnósticadas en etapas últimas de la enfermedad con mayor frecuencia que mujeres de 40 años o más. Una de las razones, que personalmente viví es que al tener una “masita” en el seno usualmente se ve como benigno y no se recomienda un seguimiento más intensivo como en el caso de las mujeres mayores de 40. Ya es tiempo que los médicos y los planes médicos comiencen a abrirse a la prevención del cáncer de seno incluyendo así las mujeres jóvenes.
    Mi diagnóstico en etapa de cáncer avanzado fue a mis 27 años. He visto mujeres jóvenes diagnosticadas con cáncer del seno hasta de 19 años en esta isla.
    ¡Fuerzas y hacia adelante!

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  3. Patricia says:

    gracias por tu testimonio y aunque mi caso no es de enfermedad pero es un dolor inmenso por un hijo rebelde que tengo. Hago la misma oración en este dia. Dios te bendiga mas.

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