Por sus “issues” del desarrollo y sensoriales nuestro niño tiene algunos comportamientos repetitivos y “calmantes” (soothing behavior). Por ejemplo, le encanta meterse los dedos en los ojos por la estimulación visual que eso le provoca. Tratamos de redirigirlo a cosas más productivas. Pero si está aburrido o si de pronto hay mucho silencio, hay una gran probabilidad que está haciendo justo lo que no debe hacer. Hace unos días ese fue el caso. Le pedí a nuestra hija que verificara qué hacía su hermano. Ella me dice: “Mamá, Frandiego está orando”. Cuando me acerco le tomé esta foto. Frandiego estaba “de rodillas” en una postura de “oración”. De lejos la conducta se veía bien piadosa. Pero estaba haciendo exactamente lo que no tenía que hacer 😅.
En el capítulo 11 del libro de los Hebreos vemos la fe manifestada como actos externos de obediencia: Noé construyendo un arca, Abraham viviendo como extranjero, etc. Pero todos esos actos externos o “heroicos” tenían cosas en común.
1. Comenzaron con una disposición interna del corazón. Noé obedeció con reverencia (ver 7), Abraham lo hizo con perspectiva (ver 8-10), y pensando que Dios era poderoso aún para hacer lo que nunca antes se había visto (ver 17-19).
2. Fueron el resultado de oír la palabra de Dios diciendo “Hazte un arca de madera”, “Sal de tu tierra y tu parentela”, “Toma ahora tu hijo, tu único, a quien amas”.
3. Fueron producto de la fe. Por eso cada relato comienza con la frase “Fue por la fe”.
Así que no se trata solamente de hacer cosas que parezcan obediencia. No sea que estemos “de rodillas”, como nuestro niño, pero haciendo exactamente lo que no debemos hacer. No sea que estemos siguiendo todas las instrucciones pero motivados por el temor y no “por la fe”.
Que en este tiempo de quedarse en casa; lavarse las manos; practicar distanciamiento social; ver el culto online siguiendo unas sugerencias; salir y regresar de la casa con un protocolo “aséptico” si las circunstancias lo permiten y lo ameritan; manejar cambios en la liturgia de la iglesia; etc. lo hagamos en reverencia, con perspectiva, pensando que Dios es poderoso, escuchando la voz de Dios revelada en Su palabra, y sobre todo por la fe.
No te afanes. Dios mismo nos ayuda a confiar en El. No estamos solos en la batalla de la fe. Tenemos los recursos del cielo disponibles para estar “de rodillas” pero realmente orando, confiando y viviendo una historia que comience con la frase “fue por la fe que en el 2020…”.
Becky Parrilla.
Marzo/2020. Todos los derechos reservados
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