El 2018 y “un dios que no funciona”

En abril de este año, como parte de la preparación de la cirugía de cerebro, fui a recortarme el cabello. Fui al mismo estilista que me hizo el corte cuando me diagnosticaron cáncer en el 2015. Le estoy explicando la razón de esta nueva cirugía y me dijo: “Debes buscarte otro dios porque ese tuyo como que no te está funcionando.” Ese día le hablé de la salvación, la gracia, la paz de Dios y la eternidad. Pero siempre se ha quedado conmigo esa frase de “un dios que no funciona”.

Y es que podemos ir a la iglesia, recitar la Biblia y aún tener la percepción de que Dios es algo que podemos manejar como un aparato electrónico; algo que nos debe quedar como una pieza de ropa; o alguien que debe ajustarse a nuestro tiempo, espacio, gustos y preferencias. Aunque la Biblia nos muestra a un Dios personal, cercano, misericordioso y compasivo, la Biblia nunca pierde de vista la majestad de Dios y su dominio ilimitado.

Quizás llegas al final del 2018 pensando, pero sin valor para verbalizarlo, que Dios no “te está funcionando” porque parece que no ve y si ve pues parece que no le importa. Pero es que si Dios cabe en nuestras manos como un objeto que no funciona, entonces no es lo suficientemente grande para ser el Dios majestuoso y soberano que realmente es y el que necesitamos que sea.

El pueblo de Israel en medio de su quebrantamiento por la cautividad también llegó a pensar que su Dios “no le estaba funcionando”, que Dios no veía o que no le importaba:

“Oh Jacob, ¿cómo puedes decir que el Señor no ve tus dificultades? Oh Israel, ¿cómo puedes decir que Dios no toma en cuenta tus derechos?” (Isaías 40:27 NTV)

La exhortación por medio del profeta Isaías fue:

1. A tener pensamientos acerca de Dios lo suficientemente grandes.

“«¿Con quién me compararán? ¿Quién es igual a mí?», pregunta el Santo. Levanten la mirada a los cielos. ¿Quién creó todas las estrellas? Él las hace salir como un ejército, una tras otra, y llama a cada una por su nombre. A causa de su gran poder y su incomparable fuerza, no se pierde ni una de ellas…” (Isaías 40:25-26 NTV)

2. A creer en la majestad de Dios.

“¿Acaso nunca han oído? ¿Nunca han entendido? El Señor es el Dios eterno, el Creador de toda la tierra. Él nunca se debilita ni se cansa; nadie puede medir la profundidad de su entendimiento.” (Isaías 40:28 NTV)

3. A esperar en Dios.

“pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.” (Isaías 40:31 LBLA)

El que no se fatiga ni se cansa puede hacer lo imposible…puede sostenernos perfecta y continuamente para que nosotros no experimentemos fatiga ni cansancio. Puede consolar cuando es humanamente imposible. Puede restaurar, redimir, sanar, satisfacer, y perdonar cuando has declarado tu caso “pérdida total”. Así sólo El se lleva la gloria. Pero el primer paso es meditar y creer en Su majestad hasta que nuestro corazón esté persuadido de sus promesas.

Que en el 2019 no estemos a la expectativa de un “dios que funcione” sino de un Dios majestuoso y asombrosamente grande.

Becky Parrilla

All rights reserved. Rebecca Parrilla, December/2018